Quizá la
tarea es aprender en soledad,
Siempre
solos, aun estando acompañados.
Notamos que
la gente, en su verdad,
Habla solo
de sí, sin ser escuchados.
La soledad me brinda libertad sombría,
Angustia y misterio en cada paso incierto,
Kierkegaard, el filósofo, me guía,
La voluntad, ese secreto descubierto.
Sartre diría: condenados a ser libres,
La libertad, a veces, puede atemorizar,
En soledad la libertad es un gemido,
Un vacío oscuro, me hace suspirar.
Así que, al
hablar de soledad y esencia,
Descubrimos
en la incertidumbre, un llamado,
La búsqueda
de un propósito en presencia,
En el
silente eco, el destino hallado.
Andrés
Flórez
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